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Bécquer y Rosalía de Castro

INTRODUCCIÓN

Portrait_of_Gustavo_Adolfo_Bécquer,_by_his_brother_Valeriano_(1862)200px-RosaliaEs habitual en los manuales escolares de literatura incluir a Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro dentro del capítulo del Romanticismo. Incluso se los suele considerar los representantes más ilustres de esta tendencia. No obstante, ambos poetas representan un punto intermedio entre el Romanticismo y la poesía de la modernidad (que se inicia con el Modernismo). Tengamos en cuenta que Las Rimas de Bécquer se publican póstumamente en 1871. En esa época el Romanticismo estaba claramente en decadencia en Francia, Inglaterra y Rusia, ya que el Realismo estaba impregnando todas las manifestaciones artísticas: antes de ese año ya habían publicado obras importantes Gustave Flaubert, Charles Dickens o Fédor Dostoievski, por ejemplo. En España el Realismo triunfó más tarde (desde 1868 y definitivamente a partir de 1880). Por esta razón se suelen emplear terminologías mixtas para intentar etiquetar más ajustadamente a Bécquer y Rosalía de Castro: para algunos son post-románticos y, para otros, pre-modernistas. Los partidarios de la primera denominación realzan los aspectos románticos que se observan en su obra, mientras que los partidarios de la segunda minimizan las huellas del Romanticismo y enfatizan los rasgos innovadores que los enlazan con la poesía modernista. Para unos, Bécquer y Rosalía representan los últimos coletazos (quizá los más brillantes) de la poesía y prosa románticas (las Leyendas de Bécquer son la mejor manifestación del cuento romántico). Para otros el sevillano y la gallega son unos adelantados en el tiempo, unos precursores de la poesía posterior. Bien optemos por una perspectiva o bien por la otra, todos los especialistas coinciden en que ambos son dos de los mejores poetas del siglo XIX español. Lo importante a la hora de estudiar la obra de estos autores (que son un puente entre dos tendencias) es a) observar su evolución de una a otra tendencia, b) analizar las huellas románticas, c) descubrir los rasgos que los alejan del romanticismo y anticipan la lírica de la modernidad.

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Romanticismo europeo

DEFINICIÓN Y CONTEXTO HISTÓRICO

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Caspar David Friedrich: «El caminante sobre el mar de nubes»

«El romanticismo sólo significa la libertad en la literatura». Esta célebre definición, proporcionada por Víctor Hugo en el prólogo a su drama Hernani, aporta la clave de este movimiento: la libertad. Los ideales del Liberalismo, tanto político como económico (Adam Smith propugnaba la no intromisión del Estado en la economía), se expanden por las principales naciones occidentales durante el siglo XIX, coincidiendo con el surgimiento y consolidación de las naciones europeas modernas. El Romanticismo es el reflejo artístico de las convulsiones que sufrió la sociedad occidental al pasar de un régimen estamental al estado burgués. La Declaración de Independencia (1776) y la primera Constitución liberal (1787) de los EEUU suponen el éxito de los ideales ilustrados de un Estado moderno democrático, burgués y liberal. La Revolución francesa de 1789 supuso el ascenso al poder de la Burguesía y el definitivo hundimiento de Antiguo Régimen.

 

ROMANTICISMO E ILUSTRACIÓN

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«Sonata para piano nº 14 (Beethoven)» de Stanislaw Maslowski (1884)

Por otra parte, el Romanticismo surgió como una reacción al exceso de racionalidad propugnado por la Ilustración. El arte equilibrado que predicaba el neoclasicismo del siglo XVIII no es el más adecuado para dar expresión a una etapa histórica tan convulsa y proclive a las revoluciones. A pesar de ello, el movimiento liberador que llamamos Romanticismo es la réplica y, al mismo tiempo, la culminación de los ideales ilustrados. El racionalismo dieciochesco desembocó, aunque parezca paradójico, en la exaltación de lo natural e irracional. Los filósofos ilustrados Rousseau y Kant fueron precursores del Romanticismo. El primero fue uno de los primeros defensores de lo natural y libre frente a lo artificial y social y el segundo sienta las bases del subjetivismo romántico, además de especular sobre la estética romántica en relación al sentimiento de lo sublime. Además, el sentimiento individualista de los románticos se pudo alcanzar gracias a que la Ilustración y el racionalismo cortaron con muchos lazos con que la religiosidad alienante, las costumbres y prejuicios ataban al hombre y le impedían el vuelo libre y creativo. El irracionalismo romántico pudo desarrollarse gracias al racionalismo ilustrado: los románticos recurrieron a lo irracional no porque consideraran la razón una vía equivocada para el acceso al conocimiento del mundo, sino porque era insuficiente: en el mundo había muchas cosas que se escapaban a la razón.

 

TIPOS DE ROMANTICISMO

«Cementerio de un monasterio bajo la nieve» (1818) de Caspar David Friedrich

Es usual distinguir varios tipos de Romanticismo. Por un lado, el Romanticismo conservador (Chateaubriand, Zorrilla) proclama una vuelta al pasado porque siente nostalgia de una edad heroica guiada por principios cristianos y caballerescos. El Romanticismo liberal, en cambio, idealiza la Edad Media porque representa un escenario irreal de lucha del individuo por su libertad, destino y felicidad. La vertiente más radical del Romanticismo liberal es la representada por los sacrílegos y rebeldes Lord Byron y Espronceda. Otra división es la que opone el Romanticismo histórico y el Romanticismo contemporáneo o de combate. El primero es una evasión hacia el pasado, una huida de los conflictos del presente; en él observamos una tendencia al intimismo, la nostalgia y la melancolía. El romanticismo contemporáneo, por el contrario, se encara con la sociedad de su tiempo, describe sarcásticamente la realidad, exalta comportamientos antisociales e inicia una poesía comprometida socialmente (en España destacan Larra y Espronceda). A pesar de estas divisiones no es infrecuente que en un mismo autor o incluso en una misma obra convivan tendencias contradictorias. El Romanticismo encierra muchas actitudes antitéticas: exaltación del pasado e impulso progresista hacia el futuro; cosmopolitismo y nacionalismo exacerbado; angustia existencial y entusiasmo exacerbado; satanismo blasfemo y sacrílego y religiosidad auténtica; liberalismo y absolutismo reaccionario, etc.

 

CRONOLOGÍA

«La libertad guiando al pueblo» (1830) de Delacroix

En el Romanticismo se suelen distinguir varias etapas: (1ª) el Pre-romanticismo (1770-1800) del Sturm und Drang alemán; (2ª) la plenitud del romanticismo se produce durante la primera mitad del siglo XIX (1800-1850); (3ª) pervive aproximadamente hasta 1870 en el post-romanticismo, conviviendo con el inicio del Realismo.

El Sturm und Drang («Tormenta e impulso», título de un drama de 1776 de M. Klinger) es un movimiento literario de origen alemán surgido a finales del siglo XVIII que anticipa las claves de la estética romántica. Este movimiento, desarrollado fundamentalmente entre los años 1770-1785, seguía las ideas de Johan Gottfried Herder (1740-1803), quien ensalzó el valor de la creatividad, cuestionó el predominio de la razón para la búsqueda de una comprensión única y general del mundo y recomendó que cada artista debía captar la realidad de la naturaleza y el hombre a partir de su propia alma, de su instinto y espontaneidad, procurando bucear en lo más profundo de su sentimiento. Los principales representantes de este grupo fueron Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832) y Friedrich von Schiller (1759-1805). Goethe, el más destacado de todos y uno de los genios de la literatura universal, colaboró con Herder en la redacción de un ensayo titulado «Sobre el estilo y el arte alemán» (1773) que puede considerarse un verdadero manifiesto del Sturm und Drang. La obra más conocida de Goethe es Fausto (1808-1832), pero la más relacionada con el espíritu del Sturm und Drang y una de las manifestaciones más características del romanticismo es Las penas del joven Werther (1779). Se trata de una novela epistolar cuyo tema principal es el amor frustrado del protagonista, que lo sume en un estado melancólico y depresivo que lo conduce al suicidio.

Schiller escribió varios dramas en los que postuló la libertad política y espiritual del individuo y criticó las desigualdades sociales. El más famoso es Guillermo Tell (1804).

 

CARACTERÍSTICAS DEL ROMANTICISMO

 

  1. INDIVIDUALISMO. CULTO AL YO. El subjetivismo propugna la importancia del sujeto en la captación de la realidad. El subjetivismo está en la base del sistema filosófico de Kant: no podemos conocer la realidad en sí (el noumeno, la cosa-en-sí), sino los fenómenos, las representaciones mentales que el sujeto cognoscente crea de la realidad. El hombre no puede conocer una realidad extrasubjetiva. Su discípulo Schelling –el principal filósofo del Romanticismo– da un paso más: si se rechaza el concepto de cosa-en-sí significa que no existe nada que no pueda ser conocido y comprendido, esto es, no existe nada que no quede sometido a las condiciones del conocimiento: todo se somete a la razón, al Yo. Todo forma parte del Yo, incluido el no-yo, el mundo, la Naturaleza. Y si llamamos espíritu a la razón podemos afirmar que la Naturaleza es Espíritu: «la Naturaleza es el Espíritu visible y el Espíritu es la Naturaleza invisible». Schelling, siguiendo los postulados panteístas de Spinoza, vio un espíritu universal en la naturaleza, pero también vio el mismo espíritu en la conciencia del hombre. En este sentido la naturaleza y la conciencia humana son en realidad dos expresiones de lo mismo. Es decir, uno puede buscar el espíritu universal tanto en la naturaleza como en la mente de uno mismo. Por eso dijo Novalis que «el camino secreto va hacia dentro». Pensaba que el hombre lleva todo el universo dentro y que la mejor manera de percibir el secreto del mundo es entrar en uno mismo. Para los románticos la Naturaleza es un Espíritu universal vivo. La vía de conocimiento del mundo es la intuición, la introspección en los sentimientos.
  2. EXALTACIÓN DE SENTIMIENTOS. El romanticismo es un arte caracterizado por la expresión arrebatada de los sentimientos, ya que es una auténtica vía de conocimiento, de simbiosis con la naturaleza. El romántico es un alma apasionada, por ello la expresión de los sentimientos suele ser exaltada, o bien los sentimientos que se expresan se sienten como algo grandioso que necesita ser expresado: amor, soledad, ansia de absoluto, muerte… Además, tienen conciencia de ser distintos de los demás, por ello afirman su YO frente a lo que les rodea. Esta afirmación del yo les conduce a la soledad.
  3. LO SOBRENATURAL. ESTÉTICA DEL TERROR. Dado que la razón tiene sus límites, se necesitan otras formas de conocimiento, como la imaginación, la intuición y el instinto. Importan por ello las emociones, sueños o fantasías que descubren los escondrijos del espíritu humano. De aquí viene su afición por lo sobrenatural, mágico o misterioso, parcelas de la realidad que escapan a la explicación racional. El mundo para ellos está lleno de misterios, adonde la razón es incapaz e llegar, pero al que se puede acceder a través de la imaginación. La estética del terror es uno de los descubrimientos del Romanticismo. Está muy relacionada con la angustia existencial (el llamado mal du siècle) ante un mundo en el que se sienten a disgusto. La búsqueda de la muerte como recuperación de la paz perdida es una expresión de esa angustia. En otras ocasiones el poeta quiere disolverse en la naturaleza, sobre todo en el paisaje natal. También sintomático de esta ansia de paz y absoluto es el culto a la noche. Estos sentimientos relacionados con la muerte pueden ser de diferente índole: a veces son susurros melancólicos (la calma de unas ruinas en el bosque, las huellas de los elfos, los cementerios, la luna, la placidez nocturna…) pero otras son auténticos gritos desagarrados de rebeldía ante la impotencia humana frente al destino: por ello se exagera lo lúgubre y macabro, y la naturaleza se puebla de horrores, seres fantasmagóricos, aullidos, voces misteriosas, vampiros, espectros, muertos vivientes, etc. A veces esta estética feísta es exagerada: se describen cadáveres nauseabundos, calaveras, esqueletos… Relacionado con ello está el tema del  satanismo y el titanismo, es decir, el motivo del desafío humano a los dioses, al creador, a la Naturaleza. El hombre, en lugar de rendir culto al creador, se rebela contra el orden establecido por Él, subrayando con amargura la imperfección y miseria de la creación. El titanismo destaca la moral del protagonista rebelde, que está más allá del bien y del mal y se afirma frente a las leyes y valores comunes. El mito de Prometeo será reelaborado por autores como P. B. Shelley y Lord Byron.
  4. La Naturaleza es el refugio del poeta. A veces el paisaje le proporciona la paz que necesita. El artista se retira a la Naturaleza en busca de soledad. En este contexto siente la necesidad de fundirse con la naturaleza. Como comentábamos en el apartado anterior, el ansia de absoluto es un anhelo de muerte fruto de la angustia que abruma al creador. A veces los paisajes presentan una naturaleza dinámica, salvaje, desbordante (tormentas, mares embravecidos, acantilados ante el mar…) expresión y a la vez proyección del alma atormentada del poeta. En la concepción romántica la Naturaleza es un espíritu con vida ligado al alma del protagonista
  5. EVASIÓN. La evasión se produce tanto en el espacio como en el tiempo. Por un lado se ubican muchos poemas, dramas o cuadros en entornos exóticos para la época, como los países orientales, asiáticos o árabes (orientalismo y exotismo); o mediterráneos, como España, que fascinaba a muchos viajeros románticos europeos por sus tradiciones, por su carácter irracional ligado a las supersticiones religiosas, por sus bandoleros… Por otra parte se produce una exaltación del pasado remoto, sobre todo la Edad Media, época predilecta en la que tanto los románticos conservadores (que idealizaban los valores cristianos y caballerescos medievales) como los liberales (fascinados por esta época oscura, irracional, mítica y heroica) gustaban de ubicar sus creaciones.
  6. Víctor Hugo definió el Romanticismo como el Liberalismo aplicado a la literatura. La libertad era la divisa de la época. En un contexto tan cambiante, convulso y revolucionario la Libertad era la aspiración máxima. El liberalismo está asociado con el individualismo. La búsqueda de la libertad individual en el seno de la nueva sociedad burguesa surgida tras los diversos procesos revolucionarios acabó siendo un proceso costoso y muchas veces frustrante. El resultado era la comentada angustia. El ansia de libertad podía canalizarse de diversas maneras: a) como un acto de rebeldía contra la sociedad (recordemos «La canción del pirata» de Espronceda o el Corsario de Byron, pero también los personajes marginales o situados al margen de la ley, como el mendigo –Espronceda o Victor Hugo– o el mencionado motivo de Prometeo, individuos u objetos –los faros, el mar, el huracán– caracterizados por su fuerza y arrogancia, su constante desafío…); b) como una huida, una lucha interior que se resuelve en el ansia de soledad, absoluto, en un deseo de muerte o aniquilación, de fusión con la naturaleza y la eternidad: así se alcanzará finalmente la libertad, al regresar al seno del Espíritu Universal del que todos formamos parte; c) mediante la ruptura de moldes y la constante experimentación: el arte neoclásico había encorsetado el arte con rígidas reglas, que dinamitó el Romanticismo: se rompió con la unidades de lugar-tiempo-acción en el drama, se fusionaron géneros, se mezcló prosa y verso, se experimentó con la métrica e incluso se recurrió a la polimetría en una misma obra («El estudiante de Salamanca» de Espronceda es un ejemplo modélico de toda esta experimentación).
  7. NACIONALISMO Y FOLCLORE. La evasión al pasado motivó el interés por la historia y el folclore de cada nación, que se vieron favorecidos, además, por el auge del nacionalismo durante el siglo XIX. El estudio del folclore y las raíces culturales de cada nación promovió la recuperación de muchos cuentos, leyendas y tradiciones populares. Piénsese, por ejemplo, en la moda de la épica y las baladas medievales (lieder alemanas o romances castellanos) o en el éxito de los cuentos de los hermanos Grimm y Hans Christian Andersen.
  8. GENIO CREADOR. INSPIRACIÓN. POETA MALDITO. El artista no es ya el artesano que elabora sus obras tras un aprendizaje previo, sino que el arte es la expresión del genio creador que cada artista lleva dentro. El artista nace, no se hace. De ahí el valor de lo espontáneo, de lo original. La obra de arte será el resultado de la inspiración, de un arrebato creador impulsivo. Ya se ha comentado el desengaño del artista ante un nuevo mundo burgués que ha traicionado sus ansias de libertad. El artista disconforme es crítico con la clase social de la que muchas veces procede (burguesía). La paradoja es que la sociedad burguesa bienpensante muchas veces tolera, admira e incluso financia a los artistas. Nace el poeta maldito, perseguido y venerado a la vez.

 

AUTORES DEL ROMANTICISMO

 

«Tormenta de nieve» (1842) de William Turner

LITERATURA ALEMANA. A los ya mencionados Goethe y Schiller podríamos añadir los poetas Novalis (Himnos a la noche), Hölderlin y Heine (este último fue traducido e imitado en España hacia mitad del siglo XIX, provocando una auténtica moda germanicista; su influencia se deja ver especialmente en la corriente intimista, cuyo más ilustre cultivador fue Bécquer). Otro de los pilares del Romanticismo alemán fue el filósofo, lingüista, filólogo y poeta Friedrich von Schlegel que, junto con Fichte y Schelling, fue uno de los principales teóricos de este movimiento.

LITERATURA INGLESA. El precursor es William Blake. La primera generación romántica de poetas está conformada por Samuel Taylor Coleridge y William Wordsworth. La vertiente más rebelde es la que forma el grupo (eran amigos) de P. B. Shelley, Mary W. Shelley (su mujer, autora de la conocida novela Frankenstein), John Keats y Lord Byron. La novela histórica fue desarrollada por Walter Scott (Ivanhoe). Es clave la novelista Jane Austen, con sus obras de exploración del mundo de la mujer: Orgullo y prejuicio; Sentido y Sensibilidad. Ya en la mitad de siglo desarrollan su actividad las hermanas Brönte: Charlotte (Jane Eyre) y Emily (Cumbres borrascosas). La novela fantástica y de terror, muy cultivada durante el siglo XIX, hunde su raíces en la novela gótica (que anticipa la estética de terror del romanticismo) de la segunda mitad del siglo XVIII, con la fundacional El castillo de Otranto (1764) de Horace Wallpole y la extensa Los misterios de Udolfo (1794) de Ann Radcliffe.

LITERATURA NORTEAMERICANA. El autor más conocido es Edgar Allan Poe (Narraciones extraordinarias, «El Cuervo»…). También Washington Irving (Cuentos de la Alhambra) y James Fenimore Cooper (El último mohicano)

LITERATURA ITALIANA. Fundamentalmente Giacomo Leopardi (Cantos) y Manzoni.

LITERATURA RUSA. El padre de la literatura rusa moderna es A. Pushkin (La hija del capitán).

LITERATURA FRANCESA. El padre del Romanticismo francés es Chateaubriand (Atala, René, Memorias de Ultratumba). En poesía destacan Lamartine, Vigny, Alfred Musset y Gerard de Nerval. La gran figura de la literatura (romántica y de transición al realismo) es Víctor Hugo (con las novelas Los Miserables o Nuestra Señora de París; sus poemas y sus dramas Hernani y Cromwell). Théophile Gautier está a mitad de camino entre el Romanticismo y el Parnasianismo. Su estilo de vida bohemio, sus escritos (y experimentaciones) con las drogas y su amistad con Baudelaire lo relacionan con la estética modernista de finales de siglo. Además de sus poemas, destacan sus cuentos fantásticos o sobre el tema de las drogas (La pipa de opio) y su novela fantástica La novela de la momia. Entre el Romanticismo y el Realismo se sitúan los prolíficos y exitosos folletinistas Alexandre Dumas (Los tres Mosqueteros, El Conde de Montecristo) y  Eugène Sue (El judío errante).

LITERATURA ESPAÑOLA. La mejor novela histórica es El señor de Bembibre de Enrique Gil Carrasco. Espronceda (El estudiante de Salamanca) representa la vertiente más rebelde y exaltada del romanticismo español. El costumbrismo (un género típicamente romántico pero que prepara el camino para el realismo) se cultiva desde dos perspectivas, una conservadora y otra liberal. El conservador es desarrollado por Mesonero Romanos y Estébanez Calderón; el crítico y liberal, por Mariano José de Larra, también autor del drama histórico Macías. Otros dramas históricos relevantes son La conjuración de Venecia de Martínez de la Rosa, El trovador de Enrique García Gutiérrez, Don Álvaro o la fuerza del sino de Ángel Saavedra, Duque de Rivas, Los amantes de Teruel de Eugenio Hartzenbusch y Don Juan Tenorio  de José Zorrilla. La poesía de cariz intimista post-romántica (o pre-modernista) está representada por Bécquer (Rimas) y Rosalía de Castro (En las orillas del Sar). El Cuento fantástico tiene su más conseguida materialización en las Leyendas  de Bécquer.

LITERATURA CATALANA.  La oda «La pàtria» (1833) de Bonaventura Carles Aribau inaugura el movimiento conocido con el nombre de RENAIXENÇA. Este movimiento, auspiciado por el sentimiento nacionalista del Romanticismo y que se desarrolló durante la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del XX, pretendía recuperar y expandir la cultura catalana. Tiene su correlato en la LITERATURA GALLEGA con el REXURDIMENTO (Rosalía de Castro). Eruditos como Milà i Fontanals ayudaron a recuperar y dar a conocer textos medievales de la literatura catalana.  Otra figura relevante fue Joaquim Rubió i Ors. Los certámenes poéticos denominados Jocs Florals (desde 1859) fueron una plataforma decisiva para consolidar el empleo del catalán y dar a conocer la obra de escritores de esta lengua. Ya a finales de siglo destaca el dramaturgo Àngel Guimerà y la obra L’Atlàntida de Jacint Verdaguer.

LITERATURA HISPANOAMERICANA.  Destaca el género gauchesco (el western sudamericano), especialmente el poema épico Martín Fierro de José Hernández. Es la época de los libertadores, como el venezolano Simón Bolívar, en la que era habitual fusionar la política con la literatura: el libertador cubano José Martí fue también un poeta precursor del modernismo y el presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento es recordado por su obra Facundo. En un contexto nacionalista de auge del folclore sobresale el erudito venezolano Andrés Bello. La novela romántica más famosa es María (1867) del colombiano Jorge Isaacs.

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El Romanticismo en el arte

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El Romanticismo es un movimiento artístico que se desarrolló desde el último cuarto del siglo XVIII hasta mediados del XIX. Quizá la definición más sencilla es la que proporcionó Victor Hugo en el prólogo a su drama Hernani (1830):

El romanticismo (…) no es otra cosa que el liberalismo en literatura

Como veremos, la Libertad es una de las máximas de este periodo.

La mejor manera de entender el Romanticismo (y cualquier periodo) es conocer de primera mano sus manifestaciones artísticas: pintura, música, literatura…  En esta entrada vamos a hacer un breve recorrido por la pintura romántica, aderezándolo con algunas muestras de la música característica de este periodo. Lo mejor es que pulséis uno de los reproductores de música que he enlazado abajo y vayáis contemplando los cuadros.

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