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Los poemas homéricos: argumento y características

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1. Introducción

Los poemas más antiguos de la literatura europea son la Ilíada y la Odisea, atribuidas desde antiguo a Homero.  Se trata de epopeyas o poemas épicos, es decir, largos poemas narrativos –casi 16000 versos la Iliada y más de 12000 la Odisea–, compuestos probablemente en el siglo VIII a. C Las dos epopeyas hacen referencia a relatos ubicados en el pasado legendario, en la edad heroica helena: ambas tienen como trasfondo la Guerra de Troya. La Ilíada narra un episodio del último año de la guerra de Troya (la cólera y venganza de Aquiles) y la Odisea empieza donde acaba la Ilíada: narra el –accidentado– regreso de uno de sus héroes: Odiseo o Ulises.

El tema elegido por los poetas nunca se presenta como ficción, pero pertenece al pasado heroico (unos 500 años anterior a Homero), que se corresponde con el descrito en la Guerra de Troya, aproximadamente en 1200 a.C., es decir, al final de la Edad del Bronce, en la llamada Edad Micénica. En la Edad heroica, según el mito, los dioses (antropomórficos) intervenían ostensiblemente en la vida humana, frente a lo que sucede en la actualidad y otras épocas. Los personajes centrales no necesitan presentación, ya que el auditorio ya los conoce y sabe su historia sobradamente. Los mitos griegos se fraguaron en esta edad heroica y circularon oralmente desde entonces. Los mitos (‘relato’ en griego) proporcionan a los pueblos una explicación de la realidad, le otorgan cohesión social (con el relato común sobre su origen, historia, dioses y sentido de la existencia) y son capaces de dar respuesta a las inquietudes fundamentales del individuo sobre el origen del mundo y de la vida (cosmogonías), sobre el origen de los dioses (teogonías), del hombre (antropogonía), sobre lo que le pasa a uno cuando muere e incluso lo que pasaría en el fin del mundo (mitos escatológicos).

La mitología griega se transmitió oralmente desde los albores de la civilización helénica, pero fueron los poetas Homero y Hesíodo (en su obra Teogonía) los que la sistematizaron y le dieron forma literaria.

2. Homero y la difusión de la poesía épica

La Iliada es el poema épico más antiguo de la literatura europea. Fue compuesta por Homero, autor quizá también de la Odisea, hacia 750 a.C.  Se cree que versiones del mismo tema o de un tema semejante circulaban de manera oral, no escrita, desde 1200 a.C. Desde entonces hasta el 400 a.c. hubo en Grecia poetas épicos orales, llamados aedos, que componían de memoria y sin ayuda de escritura poemas narrativos que cantaban con acompañamiento de un instrumento musical de cuerda sin caja de resonancia (forminge). Los estudios de Milman Parry desde 1928 ayudaron a entender la composición oral de la épica. Descubrió que los aedos se apoyaban en repeticiones de fórmulas épicas,  escenas típicas, regularidades estructurales y motivos tradicionales. El aedo no redactaba y luego memorizaba, sino que improvisaba el poema gracias al dominio de los sistemas de fórmulas y a las escenas y temas típicos. En las escenas palaciegas de la  Odisea aparecen dos aedos profesionales que relatan tres poemas de este tipo. Se sabe que aún hacia el 400 a.C profesionales llamados rapsodos («zurcidores de cantos») recitaban (no cantaban ni componían) de memoria textos previamente aprendidos.

La Iliada y la Odisea constituyen la culminación de una larga tradición de poesía oral, surgida probablemente en la Edad del Bronce o Edad Micénica (aprox. 1570-1200 a.C.). Es posible que, como en muchas obras épicas, la composición de estos poemas fuera el resultado de engarzar diversos cantos de creación y difusión oral que los aedos cantaban como episodios autónomos ante su público. Pero tradicionalmente se atribuye a Homero el genio y la originalidad de la composición y unidad de ambas obras.

Apenas existen testimonios fiables del poeta, e incluso algunos autores han llegado a negar su existencia. Los antiguos creían que ambas epopeyas habían sido compuestas en su integridad por Homero, al que imaginaban como un cantor ciego ambulante. Con toda probabilidad, él mismo era un aedo de origen jonio (de la ciudad de Esmirna o quizá de la isla de Quíos) y que desarrolló su labor sobre el siglo VIII a.C. El estudio de la lengua y las referencias de los poemas permiten datar solo de forma aproximada la composición de las obras: la Ilíada, hacia la mitad del siglo VIII, y la Odisea, cerca del fin del mismo siglo.

No obstante, pronto (en época helenística) empezaron a surgir dudas sobre la autoría de las primeras epopeyas helénicas: algunos críticos alejandrinos (chorizontes o ‘separadores’) sostuvieron que la Iliada era de autor distinto que la Odisea. Aristarco aportó una solución conciliadora: Homero compuso la Iliada en su juventud y la Odisea al final de su vida, de ahí las diferencias. Desde la época helenística hasta el siglo XIX se confió en la autoría homérica. En el siglo XIX, en plena moda romántica de recuperación del folclore y el espíritu popular, colectivo y creador de las naciones, surgió de nuevo la cuestión homérica: ¿son la Iliada y la Odisea obras de un mismo autor? Los teóricos analíticos, estudiando  las notables diferencias que presentan los dos poemas en la construcción técnica, el estilo, la lengua e, incluso, la concepción del mundo, niegan la unidad de la obra. Después de la Primera guerra mundial se volvió a considerar de nuevo la unidad de las epopeyas homéricas, con las llamadas teorías Unitarias.

3. Gestación y argumento de la Ilíada

La Ilíada narra un episodio de la guerra de Troya. Según el mito, esta guerra fue promovida por muchos reinos del sur de Grecia para recuperar a Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta, que había sido raptada por Paris, el hijo del rey de Troya: Príamo. Al mando figuraba Agamenón, rey de Micenas. La guerra terminó con la toma y saqueo de Troya. Según el mito, muchos dioses, concebidos como antropomorfos e inmortales participaron en las batallas ayudando a sus héroes favoritos o a uno u otro bando según su capricho.

La Ilíada sólo relata la cólera de Aquiles y los sucesos de unos pocos días del décimo año de guerra. No se narran los hechos anteriores ni se explica que la causa última era el deseo de Zeus de aliviar la tierra de peso de hombres y el juicio de Paris sobre la belleza de las diosas Afrodita, Hera y Atenea. La muerte de Aquiles y la toma de Troya no son narradas en la Ilíada, pero son anunciadas varias veces. La cólera de Aquiles se convierte, pues, en un símbolo e toda la guerra.

Durante la Antigüedad el contenido de la narración homérica se consideró histórico, no una ficción poética. La guerra de Troya era datada en 1194-1184 a.C por el geógrafo helenístico Eratóstenes. Esta fecha coincide con lo que los arqueólogos denominan Edad del Bronce o Micénico reciente (aprox 1570-1200 a.C): es la época de la Civilización micénica y micénicos deben de haber sido los griegos que emprendieron la conquista.

Desde fines de la Antigüedad hasta mediados del siglo XIX se creyó que el mito de la guerra de Troya era pura ficción. Pero las excavaciones de H. Schliemann entre 1870-1890, interpretando fielmente las descripciones efectuadas en la Ilíada, llevaron a estimar que hay un núcleo histórico en el mito: cerca del estrecho en la Antigüedad llamado del Helesponto y en la actualidad llamado de los Dardanelos descubrió los restos arqueológicos de Ilio, la antigua Troya homérica.

La Ilíada narra la cólera de Aquiles, episodio del décimo y último año de la guerra de Troya.

La Ilíada, compuesta en 24 cantos o rapsodias, la podemos dividir en dos partes: la cólera de Aquiles y el deseo de venganza de Aquiles (cuando conoce la muerte de su amigo Patroclo).

Emilio Crespo resume la obra de esta forma: tras una invocación, la Musa narra (canto I) que, conforme al plan de Zeus, Agamenón, jefe de los aqueos, desoyó la petición de Crises, sacerdote de Apolo, que le suplicó la devolución de su hija Criseida, que había sido otorgada a Agamenón como parte del botín obtenido al capturar una fortaleza aliada de Ilio (Troya). Crises clamó venganza a Apolo, y éste envió una peste contra los aqueos. Al verse obligado a devolver a Criseida para librar a la hueste de la plaga, Agamenón exigió a Aquiles su botín, la esclava Briseida. Después de una agria disputa, éste se la entregó, pero, lleno de cólera por la deshonra, decidió no luchar más. Tetis, madre de Aquiles, suplicó a Zeus que vengara a su hijo causando la perdición de los aqueos. Zeus accedió. (II) Movido por un sueño, Agamenón convocó al día siguiente una asamblea para probar a las huestes proponiendo la huida. Una vez rechazada la propuesta, se expone el despliegue y un largo catálogo de las naves aqueas y de las tropas troyanas. (III) Desde la muralla Helena muestra a Príamo a los jefes dánaos. Luego comenzó la lucha, que se detuvo para el duelo entre Menelao y Paris, finalmente salvado por Afrodita. (IV) Aun durante la tregua, el troyano Pándaro disparó una flecha a Menelao. Los aqueos decidieron reemprender la batalla. Agamenón pasó revista a las tropas y la lucha general comenzó. A continuación (V-VI) se narran diversas hazañas de Diomedes y cómo hirió a los dioses Afrodita y Ares, cómo se enfrenté con Glauco, y cómo Héctor, hijo de Príamo y jefe de los troyanos, se despidió de Andrómaca y (VII) se enfrentó en duelo personal con Ayax. (VIII) Al día siguiente, los troyanos obtuvieron victorias parciales y acamparon cerca del campamento de los aqueos. (IX) Reunidos por la noches, los principales jefes acordaron enviar una embajada a Aquiles para pedirle que regresara a la lucha, pero éste rehusó. (X) Durante la noche, Ulises y Diomedes hicieron una salida del campamento, mataron a Dolón, un espía enviado por Héctor, y a Reso, rey recién llegado para ayudar a los troyanos. (XI) Al día siguiente, éstos hirieron a muchos jefes, (XII) penetraron en el recinto amurallado que protegía los barcos y (XIII-XIV), a pesar de las hazañas de Idomeneo y Peseidón, (XV) y llevaron el combate hasta las naves de los aqueos. (XVI-XVII) Patroclo, viendo lo desesperado de la situación, pidió a Aquiles permiso para ayudar a los aqueos. Una vez obtenido, salió a luchar con las armas de Aquiles y mató a Sarpedón, pero murió a manos de Héctor, causando la aflicción de Aquiles, que, tras grandes llantos, decidió regresar al combate para vengar a su amigo Patroclo. (XVIII) Entonces Tetis pidió a Hefesto que fabricara unas arma nuevas para su hijo. Algunas armas son descritas con detalle. (XIX-XXI) Al día siguiente, tras reconciliarse con Agamenón, Aquiles comenzó sus proezas. Despojó a muchos troyanos, luchó con Eneas y con el río Escamandro y mató a Licaón, hijo de Príamo. Los dioses descendieron a combatir en favor de los troyanos o de los aqueos. (XXII) Por fin, mató a Héctor en duelo personal. (XXIII) Durante los días siguientes, Aquiles estuvo a punto de ultrajar el cadáver de Héctor, pero Apolo lo impidió. A continuación Aquiles celebró las exequias de Patroclo y unos juegos deportivos en su honor. (XXIV) Finalmente, Príamo, guiado por Hermes, llegó a ocultas a la tienda de Aquiles, logró convencerlo para que aceptara el rescate por el cuerpo de Héctor y regresó a Ilio, donde se celebraron sus funerales.

4. Estructura y argumento de la Odisea.

La Odisea se compuso después de la Ilíada, seguramente a finales del siglo VIII a.c.

El tema central de la Odisea es el accidentado regreso de Ulises de Troya, su llegada a Ítaca y la venganza de los pretendientes que querían casarse con su esposa y usurpar su reino. La historia del héroe que regresa a su hogar –que encuentra en mala situación– tras muchos años de ausencia, que se da a conocer a su esposa tras una serie de pruebas y que finalmente mata a los pretendientes de ésta es un cuento que se repite en diversas tradiciones y culturas. Por ejemplo, se han encontrado semejanzas con la epopeya babilónica, o con las leyendas hititas y egipcias. Esta historia del retorno y venganza de un héroe y sus aventuras fabulosas se integra dentro del ciclo troyano, haciendo que su protagonista, Odiseo o Ulises, fuese uno de los héroes aqueos que vuelven a su patria tras la toma de Troya. Este relato de los regresos (nostoi) de los héroes aqueos de la guerra de Troya es uno de los principales motivos de la mitología y literatura griegas, inspiradores, además de la Odisea, del ciclo de Argos en la tragedia: de hecho, la historia del regreso del rey Agamenón y la infidelidad de su esposa Clitemnestra con Egisto es el reverso de la Odisea, en la que Penélope se mantiene fiel a Ulises, a pesar de las acechanzas de los pretendientes.

La Odisea, bajo su forma actual, se puede dividir en tres partes (Telemaquia, aventuras de Odiseo y venganza) y en seis bloques dramáticos (Telemaquia, aventuras en 3ª persona de Odiseo, relato en la corte del rey Alcínoo, llegada a Ítaca y estancia con el porquero, Odiseo entre los pretendientes y matanza de éstos):

1) La Telemaquia (Cantos I-IV) funciona como un prólogo. La obra empieza con la Asamblea de los dioses olímpicos, en la que deciden la vuelta a casa de Odiseo. Telémaco, inspirado por Atenea, decide partir en busca de su padre, ya que la situación en Ítaca es insostenible: los pretendientes que acosan a Penélope, la esposa de Odiseo, y aspiran al reino descubren la estratagema (destejía de noche lo que tejía de día) de ella para postergar la finalización del manto y, por lo tanto, la decisión de elegir a uno de los pretendientes. Telémaco viaja primero a Pilos, la patria de Néstor, compañero de Odiseo que relata lo que sabe de él, y luego a Esparta, donde Menelao le informa de que Odiseo aún vive y se encuentra en Ogigia.

2) El camino de regreso de Odiseo y los relatos en la corte de Alcinoo (Cantos V-XII). En esta parte se pueden distinguir dos secciones o bloques dramáticos:

  • El relato en tercera persona (V-VIII) del accidentado viaje de Odiseo desde que Calipso, la ninfa que lo retuvo durante 10 años en la isla de Ogigia, decidió –instigada por los dioses, en especial Atenea, protectora del héroe– ayudarle a volver a Ítaca. No obstante, Poseidón, el dios enfrentado a Odiseo desde que cegó al cíclope Polifemo, divisa la balsa y levanta una tempestad. A duras penas, y gracias a la intervención divina y a un velo inmortal que le entrega Ino Leucotea, llega a Esqueria, la tierra de los Feacios, donde es recogido por la hermosa ninfa Nausícaa, la hija del rey Alcínoo.
  • El relato de Odiseo en la corte del rey Alcínoo (IX- XII). Aderezados con los relatos de cantos épicos sobre escenas de la guerra de Troya del aedo Demódoco, Odiseo relata las aventuras marítimas de su regreso desde que salió de Troya (después de 10 años de guerra) hasta que llegó a la isla de la ninfa Calipso, que lo retuvo otros 10 años. Las aventuras son las siguientes: la lucha con los Cicones, su llegada y huida del país de los lotófagos, la isla de los Cíclopes y la ceguera de Polifemo, llegada y partida de la isla de Eolo (donde consigue el odre de los vientos), llegada y huida del país de los Lestrigones, estancia en el palacio de Circe, la hechicera, que convierte en cerdos a los compañeros de Odiseo. Odiseo obliga a la hechicera a que rompa el hechizo y permanecen en la isla una año. Al fin Circe despide a Odiseo y le ordena ir al Hades para preguntar al divino Tiresias la forma de regresar a Ítaca. El canto XI narra la nekya o descenso al Hades, en el que Odiseo conversa con Tiresias, con su madre, con diversas heroínas griegas, con Agamenón y Aquiles y con algunos condenados (Tántalo, Sísifo…) o héroes (Orión, Heracles) célebres. Después de este viaje de ultratumba, regresa a la isla de Circe, quien le previene contra Escila y Caribdis y las Sirenas. Gracias a los consejos de la hechicera, Odiseo sortea los monstruos marinos y las sirenas (manda ser atado al mástil y que la tripulación se tape los oídos con cera, para no sucumbir a los tentadores cantos de las sirenas). Después llegan a la isla de Trinaquía, donde sus compañeros, agotados por el cansancio y el hambre, matan y se comen los rebaños de Helios. Zeus, airado del ultraje a su hijo, destruye a los compañeros de Odiseo con su rayo. Odiseo, ya solo y sobre los restos de su nave, llega a la isla de Ogigia, donde lo retiene la ninfa Calipso, que le ofrece la inmortalidad y lo quiere convertir en su esposo.

3) La llegada de Odiseo a Ítaca y La matanza de los pretendientes (Cantos XIII- XXIV). En esta parte se pueden establecer tres núcleos narrativos:

  • Estancia de Odiseo con su fiel porquero Eumeo (XIII-XVI). Cuando Odiseo llega a Ítaca, se encuentra con Atenea disfrazada de pastor, que le aconseja dirigirse a la majada del fiel porquero Eumeo convertido en un mendigo. Regresa también Telémaco, incitado por Atenea, y se reproduce el reconocimiento de padre e hijo. Juntos, traman el plan para desembarazarse de los pretendientes.
  • Odiseo entre los pretendientes (XVII-XX). Odiseo, convertido en mendigo, es objeto de mofa por parte de los pretendientes. Una noche, mientras los pretendientes duermen, Odiseo y Telémaco les esconden las armas. La esclava más anciana de Penélope (Euriclea) reconoce a Odiseo (XIX) por medio de una cicatriz en el tobillo mientras le lavaba los pies.
  • Matanza de los pretendientes y consecuencias (XXI-XXIV). Atenea inspira a Penélope la idea del certamen del arco: el pretendiente que hiciera pasar una flecha por el ojo de doce hachas se casaría con la esposa de Odiseo. Después de los fallos de los contrincantes, Odiseo, disfrazado de mendigo, prueba suerte y acierta. Acto seguido, padre e hijo emprenden la matanza de los pretendientes. Después de las purificaciones, Odiseo se da a conocer a Penélope en el lecho y en una interminable noche le cuenta sus aventuras. El final de la Odisea, seguramente una interpolación posterior, narra un nuevo descenso al Hades, esta vez de los pretendientes,  y el enfrentamiento de un rejuvenecido Laertes, padre de Odiseo, con los familiares de los pretendientes, capitaneados por Eupites, padre de Antínoo, el líder de los pretendientes. La obra termina con la pacificación del pueblo de Ítaca.

5. Características de la Ilíada y la Odisea.

  • La Ilíada y la Odisea tienen UNIDAD TEMÁTICA, que se manifiesta a través de la concentración del tiempo: en La Iliada, entre los actos II y XXII, sólo suceden 4 días (en total 51); en la Odisea la acción se concentra en 40. En la Iliada hay numerosas y amplias digresiones del tema central: algunos episodios contienen tanta individualidad que parecen piezas separadas. En la Odisea las digresiones están más relacionadas con el tema central. Algunos episodios tienen un contenido incoherente o incluso contradictorio con el tema central o con otros pasajes. Algunas incoherencias parecen deliberadas, pero otras sólo se explican como el resultado de adiciones posteriores de diferentes autores: se ha supuesto que son adiciones posteriores el canto X de la Iliada (salida nocturna de Ulises y Diomedes) y los  cantos XI de la Odisea (nekya o descenso a los infiernos) y sobre todo el final (mitad del canto XXIII y XXIV). Un procedimiento para trabar el contenido consiste en crear suspense sobre el modo y momento del desenlace, no sobre el propio desenlace, que el auditorio ya conoce. Las anticipaciones y retardaciones del contenido y la interrupción de un tema crean suspense. Gracias a la organización del contenido en la Ilíada, la cólera de Aquiles es un símbolo de toda la guerra, de toda guerra.
  • DIOSES Y HÉROES. TRATAMIENTO DE LOS PERSONAJES. En la Ilíada, los troyanos (ruidosos, fanfarrones y menos disciplinados) se presentan como inferiores a los aqueos. No obstante, los enemigos tienen excelencia heroica y nunca son despreciables. Héctor, por ejemplo, el hijo de Príamo y jefe de los troyanos, es un héroe comparable a Aquiles: es fuerte, valiente, justo, piadoso, amado por los troyanos y respetado por los aqueos –no así su hermano Paris–. Además, es buen hijo, buen hermano (no reprocha nada a Paris, a pesar de ser éste el culpable de la guerra y dar muestras de cobardía) y buen marido y padre: la despedida de su esposa Andrómaca y de su hijo es una de las escenas más conmovedoras de la obra.  La Iliada da importancia a la elevación espiritual y a la humanidad de los héroes. Las divinidades mitológicas intervienen de un modo decisivo en las acciones de los hombres. Emilio Crespo hace constar que  «un fenómeno muy característico de la Ilíada es que la mayoría de las acciones humanas tiene una doble motivación. Los héroes toman una decisión y, al mismo tiempo, un dios infunde esa misma decisión al héroe. Como consecuencia los héroes tienen libre albedrío y son responsables moralmente, pero, al mismo tiempo, sus actos están determinados por la voluntad divina.» En la obra se produce un contraste entre dioses y hombres: los héroes sufren y mueren, mientras que los dioses llevan una existencia feliz y despreocupada. Los dioses tienen rasgos humanos (son antropomorfos), pero están separados de los hombres por una distancia incalculable. Los dioses son presentados a veces como dueños de su futuro y a veces como sometidos al destino, que es una fuerza impersonal superior a la que está sujeto el propio Zeus.

En la Ilíada observamos, incluso en una sociedad bélica primitiva, una preocupación por lo humano, que se manifiesta en el desapego por lo grotesco, lo brutal, lo mágico y, sobre todo, en la compasión por el sufrimiento y la muerte, que unen a todos los hombres. Este interés por lo humano preludia la tragedia clásica y el racionalismo de la filosofía que se desarrollará desde el siglo VI a.C.

El espíritu heroico es la característica principal de la Ilíada. Los guerreros del poema pertenecen a la alta nobleza, para la cual la mayor gloria es la victoria en el combate. El público que escuchaba los poemas, compenetrado con estos ideales, disfrutaría de las prolijas descripciones de las batallas o las minuciosas descripciones del armamento, aspectos que pueden fatigar al lector actual. Aquiles, el héroe del poema, es un noble guerrero, encarnación de la valentía y la fuerza en la batalla, pero también del orgullo y la dignidad. Aquiles es un semidios, casi invulnerable (excepto en el talón, según la mitología), pero no es inmune a las pasiones, que acabarán destruyéndolo.

Si la Iliada es el poema de guerreros heroicos, un historia bélica, la Odisea es el poema de los experimentados marineros, una novela de aventuras. Persisten el fondo legendario y la participación de los dioses en la acción, pero se introduce un elemento decisivo: la representación maravillosa del mar, con sus peligros y portentos. En la Odisea, hallamos un modelo de héroe más humano, inteligente, astuto y prudente. Odiseo, siempre vencedor en la adversidad, es un admirable ejemplo para toda suerte de hombres que han de batallar en la vida. Si Aquiles representa la fortaleza heroica, Odiseo representa la sabiduría.

En los tipos femeninos la primera cualidad es la belleza. Es cierto que Homero pondera la fidelidad y las virtudes domésticas de Penélope y la pureza y la aguda percepción mental de Nausícaa, pero la hermosura de Helena, que tantos daños causó, basta para acallar las protestas de los troyanos que tanto sufren por su culpa.

  • La ESTRUCTURA de las epopeyas tiene un carácter dramático. Ello ha hecho suponer que fueran representadas dramáticamente, a base de un lector de los pasajes objetivos y de actores. Es probable que la Iliada y la Odisea hayan sido compuestas para ser cantadas en fiestas o certámenes religiosos. No obstante, es improbable que se compusieran (sobre todo la extensa Iliada) para ser cantadas en una sola sesión; se necesitarían varias sesiones.

Los acontecimientos narrados en la Odisea, además, no siguen un orden cronológico: por un lado, se simultanean acciones (Odiseo viaja regreso a casa y su hijo Telémaco viaja en busca de su padre) y por otro se narran aventuras pasadas: en efecto, Odiseo, en un largo flash-back, relata sus aventuras ante la corte del rey Alcínoo cuando ya está muy cerca de su casa.

  • LENGUA Y ESTILO. La lengua homérica es una lengua artificial, es decir, que no ha sido hablada en ningún momento por ningún grupo humano: es una mezcla de los dialectos eólico y jónico, con abundantes arcaísmos; es una lengua literaria, utilizada con fines estrictamente poéticos y que quedó como vehículo de expresión propio de las formas épicas e influyó poderosamente en la formación de las restantes lenguas literarias.

La forma métrica de los poemas es el hexámetro dactílico, utilizado en series indefinidas de versos. Constituye una creación sumamente tan delicada y perfecta que no puede ser en manera alguna la invención de un solo poeta, por genial que éste fuera, sino que nos indica un amplio desarrollo anterior de la épica.

Se podría pensar que la forma de composición oral improvisada por los aedos, a partir de la repetición de fórmulas y pasajes típicos resta originalidad al autor. No obstante, la calidad literaria brilla en numerosos pasajes de las obras homéricas, como en la despedida de Héctor de Andrómaca, en el llanto de Aquiles ante el cadáver de su amigo Patroclo, en la visita del rey Príamo a la tienda de Aquiles para recuperar el cadáver de su hijo Héctor, en la escena del reconocimiento de Odiseo por parte de la anciana esclava Euriclea a partir de la cicatriz, etc.

Posiblemente el aspecto en el que mejor se aprecie la personalidad y estilo de Homero es en las comparaciones, frecuentes, a veces bastante extensas e incluso en ocasiones encadenadas una tras otra. Sirva de ejemplo esta extensa y bella comparación en la que se describe la reincorporación de Paris a la batalla:

Y al igual que un corcel en el establo,
cebado en el pesebre con cebada,
destroza de un tirón sus ataduras
y al galope recorre la llanura,
el suelo con sus cascos golpeando,
a bañarse habituado en las corrientes
de las aguas hermosas de algún río,
y orgulloso de sí yergue su cuello
y de uno y otro lado de sus lomos
vanle al compás las crines oscilando,
y, bien seguro de su lozanía,
muy ligeras sus patas le conducen
hacia donde se encuentra su querencia,
hasta el prado en que pastan las yeguas,
así el Priamida Paris descendía
desde lo alto de la ciudadela
de Pérgamo y cual sol resplandecía,
arrogante y fulgente por sus armas,
y veloces sus pies le iban llevando.

6. Conclusión

La influencia en la literatura universal de la Ilíada y la Odisea es incalculable. En ellas se forjan dos de los principales temas de la literatura: la guerra (La Ilíada) y el viaje (la Odisea). Borges, en su ensayo «Los cuatro ciclos», perteneciente a El oro de los tigres (1972) habla de los cuatro temas básicos de la literatura: el asedio a una ciudad –la guerra– (La Iliada), el regreso (La Odisea), la búsqueda y el sacrificio (a un dios). Así lo expresa el escritor argentino:

Cuatro son las historias. Una, la más antigua, es la de una fuerte ciudad que cercan y defienden hombres valientes. Los defensores saben que la ciudad será entregada al hierro  y al fuego y que su batalla es inútil; el más famoso de los agresores Aquiles, sabe que su destino es morir antes de la victoria. Los siglos fueron agrandando elementos de magia. Se dijo que Helena de Troya, por la cual los ejércitos murieron, era una hermosa nube, una sombra; se dijo que el gran caballo hueco en el que se ocultaron los griegos era también una apariencia. (…)

Otra, que se vincula a la primera, es la de un regreso. El de Ulises, que, al cabo de diez años de errar por mares peligrosos y de demorarse en islas de encantamiento, vuelve a su Itaca; el de las divinidades del Norte que, una vez destruida la tierra, la ven surgir del mar, verde y lúcida, y hallan perdidas en el césped las piezas del ajedrez con que antes jugaron.(…)

Cuatro son las historias. Durante el tiempo que nos queda seguiremos narrándolas, transformadas.

Bibliografía utilizada:

  • Martín de Riquer y José Mª Valverde: Historia de la literatura universal, Madrid, Gredos, 2010.
  • Literatura universal. 2º Bachillerato. Ed. Edelvives. 2009.
  • Emilio Crespo, introd. a su edición de Homero, Iliada, Madrid, Gredos, 2006.
  • José Luis Calvo, introd. a su ed. de Homero, Odisea, Madrid, Cátedra, 1992
  • Jorge Luis Borges, «Los cuatro ciclos», en El oro de los tigres (1972), en Obras Completas, vol. 1, Barcelona, RBA-Instituto Cervantes, 2005.
  • Filex.es: el mito [http://filex.es/historia/hftema1/1_el_mito_en_el_origen.html]
  • Cultura clásica.com: la épica [http://www.culturaclasica.com/literatura/grecia/epica1.htm]
  • Dpto. griego IES Vegas Bajas [http://aliso.pntic.mec.es/agalle17/selectividad/introduccion.htm]

Versión del tema en pdf: Tema 1.1. Los poemas homéricos:

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La Odisea en el cine:

Ulises, versión de Mario Camerini de 1954; con Kirk Douglas como Ulises y Silvana Mangano como Penélope:


3 comentarios

  1. Ashley dice:

    Ahí hay un trocito de la Odisea que salio en un capitulo de Los Simpspon! 🙂

    • Gracias Ashley. Los Simpson son una fuente inagotable de referencias literarias y culturales. Seguramente podríamos encontrar en algún capítulo de la serie referencias a la mayoría de libros o autores del temario. Me ha hecho gracia la reacción de Homer al ver a Penélope: ¡irse al bar de Moe!

  2. […] Para saber más: https://elcastillodekafka.wordpress.com/2012/09/23/los-poemas-homericos-argumento-y-caracteristicas/ […]

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